sábado, 3 de noviembre de 2012



¿Qué es el alcoholismo?

El alcoholismo es una enfermedad crónica y progresiva que deriva de la ingestión excesiva y no controlada de alcohol, el cual se encuentra en todas las bebidas alcohólicas en mayor o menor grado. Esta enfermedad se caracteriza por una dependencia hacia el alcohol, que se ve en dos síntomas:
- La incapacidad de detenerse en la ingestión de alcohol.
- La imposibilidad de abstenerse del alcohol
Tiene muchos efectos físicos y psicológicos que hacen que la persona cambie su comportamiento, lo cual veremos en otros puntos, y esto tiene que ver con factores personales y hereditarios.
El alcoholismo es complejo y se desarrolla con el tiempo. Para ello tiene que ver la disponibilidad de la bebida en las actividades que se realizan.
Poco a poco, el alcohol se convierte en una droga para la persona que bebe, que sirve para cambiar el estado de ánimo, más que una bebida que se toma como parte de una costumbre social, ya que se suele empezar a consumir con otras personas.
En un principio, la persona muestra mucha tolerancia al alcohol, en algunas ocasiones parece que no le afectara. Pero luego el bebedor empieza a tomar a pesar de sí mismo, y el embriagarse se vuelve lo más importante, hasta que la persona pierde el control sobre la bebida y no sabe cuánto va a tomar. Es aquí donde el alcohol es ya una adicción y la persona siente que no puede dejar de beber, esta adicción es el alcoholismo.

Existen dos formas de alcoholismo: 

  • Alcoholismo crónico: Se produce por el consumo habitual de moderadas dosis de alcohol. El alcohólico presenta trastorno del carácter (desconfianza, irritabilidad, con periodos depresivos que pueden llevarlo al suicidio en algunos casos extremos). Todos los órganos resultan afectados, sobre todo el sistema nervioso. Temblor en las manos, alteraciones digestivas que pueden derivar al cáncer, etc. Puede llegar al delirium tremens que lo conduce a la muerte, aunque no sea muy habitual.
  • Alcoholismo agudo: Llamado también embriaguez o ebriedad, es transitorio. Consiste en una crisis pasajera que va desde la euforia (bebida alegre) a la tristeza (bebida triste) hasta la perdida de la razón, marcha titubeante mareos, náuseas y vómitos.

Consta de tres etapas:
Etapa 1: En la primera etapa el individuo:
- Bebe demasiado en todas las reuniones.
- Aumenta su tolerancia  y la frecuencia de la ingestión.
- Bebe con rapidez.
- Sufre lagunas mentales.
- Siente preocupación por beber.
- Bebe furtivamente.
- Manifiesta un cambio  en la actitud  y la forma de beber. 
Etapa 2: Durante esta etapa el individuo:
- Sufre pérdida de control .
- Bebe en la mañana para curarse la curda.
- Siente aumento del impulso sexual y, al mismo tiempo , impotencia o frigidez.
- Inventa un sistema  de pretextos.
- Sufre por los reproches de la familia .
- Derrocha.
- Muestra agresividad y conducta  antisocial.
- Siente remordimientos persistentes después de las borracheras.
- Hace intentos de dejar de beber.
- Cambia su modo de beber.
- Ocasiona la pérdida de sus amistades.
- Siente resentimiento.
- Pierde su trabajo, o cambia frecuentemente de trabajo.
- Su familia  se aparta, forma una unidad defensiva, y cambia de hábitos respectos a las amistades y a la comunidad .
- Piensa en el escape geográfico.
- Recurre al ocultamiento.
- Casos que pueden producirse en cualquier momento: hospitalización, divorcio , accidentes  y arrestos. 
Etapa 3: En esta etapa el individuo:
- Sufre borracheras prolongadas.
- Pierde la tolerancia al alcohol.
- Le lleva más tiempo recuperarse de una borrachera.
- Padece temores indefinidos.
- Se derrumba su sistema de pretextos.
- Tal vez tenga que ser recluido en una institución mental.


¿Por qué beben los adolescentes?


El consumo de alcohol es un problema creciente en los jóvenes de nuestro país y del mundo. Las investigaciones demuestran que el inicio en el abuso del alcohol es cada vez más precoz en ambos sexos. Este es un dato doblemente preocupante ya que una iniciación precoz se asocia a un mayor consumo posterior.
Para los adolescentes el alcohol es como un "quitapenas" que permitirían esquivar los límites que la realidad impone y acceder a un mundo que ofrecería mejores condiciones de sensación.
La adolescencia es un momento particularmente vulnerable en la vida de una persona, por ser un momento de "transición" entre la pérdida de los padres como educadores principales y la búsqueda o el encuentro de otras nuevas figuras, deseos y sensaciones. A todo esto también se suma el enfrentamiento con un mundo que cada vez se les va haciendo más complejo.
Existe además un  "bombardeo" de la publicidad dirigida hacia los adolescentes, como por ejemplo, las publicidades de cerveza destinadas a jóvenes y el encuentro entre ellos si se la consume juntos.
Los adolescentes también afrontan en esta etapa el erotismo, los encuentros sexuales que los atemoriza, pero en silencio. En diferentes pueblos y culturas, encontramos ceremonias y rituales de iniciación como forma de marcar en lo simbólico este pasaje de la niñez al "mundo adulto", en muchos casos como marcas en lo real y en todos poniendo en juego cuerpo expuesto al sufrimiento y a la muerte.
 Por otra parte, el alcohol "suelta la lengua" y "da ánimos" para "encarar" el juego de la seducción inicial.
El alcohol es una droga socialmente aceptada, como ya hemos dicho en otros puntos, y esta droga daría, desde la consideración de los jóvenes, la fuerza y el valor necesarios para los primeros encuentros sexuales tan deseados y tan temidos. Entonces, se arman de un escenario: la discoteca, el monte o en cualquier parque o lugar donde hacer la denominada previa, en el cual beber para así poder, a través de este acto, estar en un estado de embriaguez o borrachera.

Efectos del alcoholismo en el adolescente

La mayoría de los adolescentes han consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión. Esto puede ser normal, pues el que un adolescente tome bebidas alcohólicas son caracteres típicos de su edad, al igual que lo son los conflictos generacionales, la confrontación de ideas y actitudes, y todo lo típico de esa edad. Pero cuando el joven lo hace con frecuencia y sin medida, y su vida se ve afectada en términos de su desempeño y calidad, entonces el muchacho ya es un alcohólico.
Las características de un alcohólico adolescente, además de todas las comunes a todas las personas, son:
  • Rápida baja en las calificaciones.
  • Altibajos emocionales.
  • Separación notoria de las actividades familiares o de sus quehaceres.
  • Cambio negativo en su higiene y aspecto personal.
  • Deseo de aislamiento.
  • Actividad defensiva y una tendencia a responder agresivamente a la menor provocación.
Es recomendable que los padres estén alerta y agreguen mucho sentido común y suspicacia para saber detectar un comportamiento anormal de una rebeldía juvenil.


¿Qué es una persona alcohólica?

Es una persona  que sufre una enfermedad, el alcoholismo. Esta persona no puede mantener su forma de beber bajo control, aunque le haga daño a su salud , a su empleo , a su mente y familia.
El alcohólico se caracteriza por depender del alcohol, tanto física como psíquicamente, y la incapacidad de detenerse o abstenerse. La falta de la bebida provoca síntomas de abstinencia.
Al principio el alcohólico puede aparentar una alta tolerancia al alcohol, consumiendo más y mostrando menos efectos nocivos que la población  normal. Más adelante, sin embargo, el alcohol empieza a cobrar cada vez mayor importancia, en las relaciones personales, el trabajo , la reputación, e incluso la salud física. El paciente pierde el control sobre el alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo.

¿Es lo mismo un alcohólico que un individuo que se embriaga?

No. Es importante diferenciar entre una intoxicación aguda y el alcoholismo como dependencia del alcohol. Un período aislado de embriaguez no hace a un sujeto alcohólico.
Ordinariamente, el consumidor  fuerte de alcohol "aguante más" (tolera) que la persona que no acostumbra a beber. En ésta aparecerá más rápida y fácilmente la borrachera. Pero también se da el caso de alcohólicos en grados avanzados que con una cantidad reducida de alcohol manifiestan signos de embriaguez.

¿Puede un alcohólico volver a beber "normalmente?
Hasta donde ha podido determinarse, ningún alcohólico ha vuelto a dejar de serlo. El solo hecho de haberse abstenido del alcohol durante varios meses o años, nunca ha sido suficiente para que un alcohólico pueda beber "normalmente" o socialmente. Una vez que el individuo ha traspasado la frontera entre beber mucho y beber irresponsablemente, no puede volver atrás. Pocos son los alcohólicos que deliberadamente tratan de beber hasta hallarse en apuros, pero los apuros y molestias parecen ser la consecuencia inevitable que espera a los alcohólicos. Después de abstenerse por algún tiempo, puede pensar que no corre peligro experimentando con unas cuantas cervezas o unos pocos vasos de vino suave. Puede engañarse con la falsa idea de que si sólo bebe un poco con las comidas, evitará meterse en problemas. Pero no tardará en verse nuevamente en las garras del alcohol, aunque con toda sinceridad desee limitarse a beber con moderación y en reuniones de sociedad .
El alcohólico nunca será capaz de controlar el alcohol durante un período de tiempo apreciable. Eso deja abiertos dos caminos: dejar que la enfermedad siga empeorando progresivamente, con todas sus terribles consecuencias, o abstenerse totalmente del alcohol y desarrollar una nueva manera de vivir constructivamente.

¿Cómo se puede saber si alguien es alcohólico?
Muchas veces es difícil, con frecuencia esta enfermedad se desarrolla lentamente. Pueden pasar años antes que una familia se de cuenta de que alguien necesita ayuda.

Aquí hay unas señales típicas:

· Promesas de tomar menos.
· Discusiones sobre la bebida.
· Acusaciones y negaciones sobre los hábitos de beber.
· Perdidas de conciencia .
· No hacer caso o evitar responsabilidades.
· El adicto a la bebida no puede recordar lo que pasó mientras estaba bebiendo

¿Se puede curar un alcohólico?
El alcohólico es un individuo que padece de una enfermedad para la cual no se conoce curación alguna -es decir, ninguna curación que les haga posible beber con moderación por un largo período de tiempo, como puede una persona no alcohólica. Debido a que es una enfermedad -una compulsión física más una obsesión mental por la bebida- el alcohólico tiene que aprender a mantenerse completamente alejado del alcohol para poder  llevar una vida normal.
Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud -una enfermedad física y emocional- más que una cuestión de insuficiente fuerza de voluntad, o debilidad moral.
Algo que todos los alcohólicos parecen tener en común es que, con el tiempo, su manera de beber empeora. No existe ninguna evidencia segura de que una persona que bebía alcohólicamente haya podido volver al moderado beber social por mucho tiempo. No se puede ser "un poco alcohólico". Ya que la enfermedad progresa por etapas, algunos alcohólicos manifiestan síntomas extremos más que otros. No obstante, una vez que cruzan la frontera del alcoholismo, los bebedores problema no pueden volver atrás.

El alcohol al conducir

Los accidentes de tránsito representan un grave problema de salud pública  y son motivo de preocupación de las autoridades sanitarias de todo el mundo.
En efecto la falta de educación  vial tanto del conductor como del peatón, la inobservancia de las reglas de tránsito, el exceso de velocidad  y el consumo exagerado de bebidas alcohólicas por conductores y peatones hechos a veces en forma desaprensiva y otras con total ignorancia del riesgo  que ello implica. Son las causales más frecuentes de la gran cantidad de casos que se registran en todo el mundo.
Los accidentes de tránsito causan más muerte  de jóvenes que los homicidios y suicidios. En estas situaciones, el alcoholismo es la mayor causa de muerte entre los 18 y los 30 años, representando el 32,5% mientras que el 14,8% de las víctimas tiene menos de 17 años.
Sin embargo, la ebriedad no es lo peor. Lo peligroso aparece cuando una persona ha consumido suficiente alcohol para pensar que se encuentra bien, aunque en realidad no sepa bien qué está pasando a su alrededor: es, por ejemplo, cuando alguien cree que está en capacidad de conducir un vehículo o de jugar con un arma. Las estadísticas demuestran claramente la incidencia que tienen las bebidas alcohólicas -cuando son consumidas en exceso- en los accidentes de tránsito o de otro tipo. Además, la relación entre alcohol y enfermedades de transmisión sexual  es innegable, pues una persona alcoholizada pierde las inhibiciones y el sentido de la realidad y es capaz de llevar a efecto acciones que de otra manera nunca ejecutaría.
Muchos han sido los intentos ensayados para disminuir y controlar el consumo de alcohol entre los jóvenes, sin demasiado éxito hasta el momento. Normas  que prohíben el expendio de bebidas alcohólicas a menores de 18 años o en espectáculos deportivos o en estaciones de servicio son algunas de las disposiciones que se han transformado en letra muerta no sólo porque casi nadie las acata sino, lo que es peor aún, porque nadie las hace cumplir.
Vivimos en una sociedad en la que sobran las excusas para beber. El trabajo educativo tendría que contribuir a fortalecer la autoestima  de los adolescentes y a que comprendan los efectos reales del alcohol y los peligros a que se exponen. Es necesario desechar la comodidad que lleva a no enfrentar el tema con decisión y a dejar las cosas como si se tratara de "travesuras juveniles", cuando en realidad está de por medio, en muchos casos, la vida de los adolescentes.


Como ayudar a un hijo alcohólico

Ideas que usted puede usar:
Involúcrase
• Supervise: Entérese adonde van sus adolescentes y a quienes frecuentan. Si ellos van a una fiesta, cerciórese de antemano si un adulto va a estar presente de manera activa y si es que van a tener acceso al alcohol.
• Mantenga a su hijo involucrado: Manténgalo activo en clubes para jóvenes, actividades de la escuela y otros ambientes con personas responsables que sirvan de ejemplo. Esto reforzará los mensajes positivos que usted haya utilizado en su hogar.
• Establezca las consecuencias: Sea claro acerca de las consecuencias que acarrea el ingerir alcohol, cuando se es menor de edad, antes de que esto se transforme en un problema. Sin embargo, no establezca estas consecuencias como algo muy grave, de manera que su adolescente tenga miedo de pedirle ayuda si se encuentra en problemas serios, o si necesita alguien que lo lleve a la casa de una manera segura.
Comuníquese
• Hable: Mantenga una comunicación abierta y honesta. Ayude a que sus hijos se sientan cómodos hablando con usted, acerca de tópicos importantes y difíciles.
• Sea diligente: No espere que sus su hijos le comenten sobre el alcohol o el consumo del mismo. Use noticias del periódico, avisos comerciales, incidentes personales y otros hechos, para traer el tema a colación—-antes de que se transforme en una crisis.
• Comparta lo que usted cree: Sea claro respecto a sus valores y expectativas sobre el consumo de alcohol y las razones del porque los jóvenes no deben tomar.
• Sea honesto: Sea honesto respecto a su propio consumo de alcohol. Si usted bebía cuando era un adolescente, comente porque usted cree que fue una mala decisión.
Enseñe
• Muestre: Exhiba control sobre su propia vida. Si usted toma, hágalo con moderación. Si usted o su pareja tiene problemas con el alcohol, pida ayuda profesional.
• Enseñe: Ayude a que sus hijos desarrollen habilidades para resistir las presiones para que tomen alcohol. Hágalo, dándoles oportunidades para que tomen decisiones y sean responsables comenzando a temprana edad. Juegue diferentes roles con sus hijos, para enseñarle como pueden decir que no, dele otras opciones para cuando se sientan presionados a tomar.
• Mantenga la perspectiva: Si sus hijos prueban el alcohol, ataque el problema directamente, pero no asuma que son un “caso perdido”. Aprovéchelo como una oportunidad para ayudarlos a que aprendan de sus errores. Sin embargo, si los problemas persisten o se transforman en algo más serio, busque ayuda y apoyo profesional.